domingo, 1 de agosto de 2010

Historias No Ganadoras Parte VIII

Sandra Serrano: "Desde que empezó nuestra historia, mi vida entera ha sido un sueño. Todo lo que siempre he querido hacer o he deseado vivir, lo ha hecho realidad. Y realmente desde el primer minuto que estuvimos juntos, todo se convirtió en un sueño hecho realidad. Fue el viaje soñado, el regalo soñado, la cena soñada y lo más importante, la compañía soñada. Pero de toda mi vida de sueños que llevo desde ese día hasta hoy, lo que nunca pensé que haría es visitar la ciudad de los canales y del amor. Viviendo como vivimos en Europa, no es tan difícil poder ir a pasear por sus fantásticas calles, pero siempre me había parecido una ciudad de cuento de la que nunca podría disfrutar. Y él cumplió mi sueño y me hizo el mejor regalo del mundo, soplar una vela de cumpleaños en un dulce de pistacho veneciano."


Manuela Herrero: "No sabía si estaba soñando o era realidad. Desde el momento en que caí al suelo todo cambió para mí. Sólo veía oscuridad pero podía oir los sonidos que venían de fuera. Cuando me levantaron del suelo comencé a ver cosas que nunca antes había visto. Un pasillo largo con muchas puertas que se abrían y cerraban contínuamente y voces que me decían :entra, entra aquí! Y corría para llegar al final de aquel pasillo pero cada vez era más largo, mi angustia era terrible. Cuando volví a recobrar el conocimiento supe ciertamente dos cosas: jamás discutir sobre el más allá ni montar en bicicleta."


Juanma Sánchez: RASSEL LA CARRACA SOLITARIA

"Apareció sobre una mesa de Tiergarten, cerca de Puerta de Brandenburgo, desvanecida, plácida y solitaria, denotaba cual era su sentido de existir.

Seguramente fue abandonada o prefiero pensar, olvidada por algún individuo alemán, dada la festividad y fervor que se vivía en ese preciso momento en la capital alemana por el resultado obtenido por su selección ante la selección argentina.

Un grupo de españoles en apariencia, le dieron un respiro esperanzador, a ella, una carraca solitaria. Al percatarse de su mísera soledad sobre la mesa de madera nórdica, optaron por adoptarla y llevarla consigo mismo.

La Carraca (Rassel), en ese momento entró en un orgasmo de felicidad carraqueando sin cesar sobre una bicicleta a todo alemán que pasaba celebrando el triunfo del partido. Fue entonces cuando la carraca sacó con gran esplendor sus colores; negro, rojo y gualdo a medida que giraba y giraba y la brisa cálida de la tórrida tarde de verano sesgaba sus engranajes ofreciendo a todo el que pasaba a su vera, su cante melódico.

De pronto Rastche presenciaba de nuevo su trágico destino; quedar en el olvido.

Mientras los españoles en apariencia, se apresuraban en aparcar, atar y asegurar sus bicicletas, Rassel se mantenía solitaria sobre la gravilla de la "Strasse" y notaba como aquellas piedrecillas punzantes hacían mella sobre su suave y tratada madera. De pronto, una voz de los humanos surgió con un –Juanma te olvidas la Carraca!- Nuevamente un rayo de luz iluminada a Rassel, había tenido suerte, por esta vez no iba a quedar en el olvido y quizás su destino, como consecuencia su futuro empezaba a cambiar.

Cervezas, cigarros, cervezas…bajo una gran cúpula sujeta a unos edificios vidriados y desplazados gracias a las técnicas de ingeniería alemanas, fueron los escenarios premonitorios al gran desenlace.

Como todo mundial no sólo se disputaba un partido al día. A la victoria germana acompañaría otro gran acontecimiento por parte de la Roja. Tal era la importancia del acontecimiento a seguir (ver el partido Paraguay-España) que los 4 humanos tomaron las calles de Mitte, atravesando FriedrichStrasse a gran velocidad. El estatus social de Rassel había sufrido un gran retroceso. Los momentos de bellas vistas despejadas, ventiladas y soleadas como las de un gran trasatlántico habían dado lugar a las húmedas, sofocantes y oscuras paredes de un bolsillo de pantalón, que a duras penas podía asomar sus finas láminas y ver como el sol descendía y se perdía en el horizonte.

De repente un fortísimo impulso, una sacudida inesperada, irrumpió en la frenética escapada de los humanos hacia el M-Hostel para poder presenciar el ansiado partido.
Rassel volaba por los aires como gavilán liberado y un estruendoso golpe en seco alertaba a los humanos del fatídico final de Rassel.
Rassel yacía solitaria ante la miradar, indiferente del grupo de humanos y contemplaban en ese preciso momento como Rassel agonizaba y menguaba en el horizonte del asfalto tórrido de VolBstraBe.

De esta forma Rassel volvió a sus inicios, a su destino, la soledad. Soledad y silencio, soledad y tristeza, soledad…

Moraleja: Hay objetos, personas y vidas predestinadas a ser solitarias."


Neus Ventayol: "A los 15 años fui de viaje de estudios a Barcelona. Fue cuando me enamoré de esa ciudad y decidí que acabaría viviendo allí. De los 15 a los 18 estuve planeando mi vida en la ciudad Condal, pasando los días hasta que salieran las notas de la selectividad y me pudiera ir a estudiar allí. Salieron las notas pero la mía no fue suficientemente alta para acceder a algunas de las Universidades de Barcelona. Entristecida, irme a vivir a la otra punta de España, Cádiz. Intenté centrarme en los estudios y en la nueva ciudad que me acogía. playa, carnaval, desparpajo...pero Barcelona seguía en mi mente. Al cabo de unos años decidí volver a intentar el acceso a la Universidad de Barcelona...pero no pudo ser....Al año siguiente lo volvía intentar y ... lo conseguí!!" Y fue en Barcelona donde pasé los últimos años de mi carrera. Tardé 7 años en lograr mi sueño. Pero quien la sigue, la consigue!"


Vanessa Rodríguez: "Hace 21 años que conozco a mi amiga Ralu. Ambas tenemos 24 años y nos conocimos en el colegio. Ralu llevaba puesta su coletita de palmera y yo tenía unos tirabuzones que, por desgracia, ya no conservo. Solemos recordar como ella me invitaba a comer chuches dentro de una casita de papel y yo, como, las aceptaba encantada. Y así es como empezamos a ser amigas. Más tarde, en los cursos venideros, Ralu siempre me edjaba copiarle sus deberes, en especial, el "workbook" de inglés. Me ponía la condición de que no se lo dejara copiar a nadie más pero...yo no sé decir que no. A pesar de ello, le agradezco que nunca me lo reporchara. Seguimos creciendo y en el instituto llegaron los primeros amores y los primeros suspensos. Nuevos amigos se unieron a nuestras vidas y hoy en día también siguen en ellas. Ya en la Universidad llegaron otros amores, algunos fracasos y más suspensos. Lo que más me gusta de ella es todo lo que juntas compartimos. Ambas le damos un valor muy importante a la amistad, cosa que hoy en día parece estar relegada en el olvido. Espero que dentro de 20 años más, podamos seguir cenando juntas, aguantándonos cuando lo necesitemos y que sigamos riéndonos como lo hacemos ahora. Nunca hay que perderle la pista a las personas que te acompañan en el pasado, ya que serán tu mejor vínculo en el futuro. Gracias por todo Ralu."


Gabi Ventayol: Pequeñas casualidades. "Me llamo Gabriel, nunca fui un gran estudiante, gracias a ello conocí a la chica que amo con locura. Todo empezó una fría mañana de diciembre, yo vivía en Segovia, y lo asistir a las clases de la Universidad no era precisamente mi rutina diaria, pero ese día todo cambió y decidí dar un vuelco de 360º. Me levanté y me dije:"Hoy va a ser un gran día, voy a asistir a clase de Historia Universal Contemporánea". Desconocía la hora en que comenzaba la clase, simplemente fui directamente sin mirarlo. No sabía que mi despreocupación marcaría mi futuro. Llegué y me senté en una clase de 150 personas. La clase estaba vacía, sólo 2 personas en un inmenso silencio. Ella y yo. Eran las 11.30 de la mañana y yo convencido de que la clase empezaba a esa hora. Entonces le pregunté y me dijo que faltaba media hora... Era tan guapa que necesitaba saber más de ella. Me dijo que se llamaba Cristina y que era de Menorca; yo le dije que me llamaba Gabriel y que era de Mallorca. El tiempo se paró y sólo una mirada bastó para que el destino se pusiese de nuestra parte. Más de 500personas matriculadas en un curso y sólo 2 éramos de Baleares y estudíabamos en Segovia. ¿Qué hubiese pasado si no me hubiera levantado ese día? ¿Y si hubiese sabido la hora real del comienzo de la clase? A ceves las pequeñas decisiones que tomamos marcarán nuestro futuro..incluso las que dejamos pasar. Después de 4 años y medio, felizmente enamorado."

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