"Querida Greta: mi profesión es la de payaso, animo fiestas infantiles. Como todo inmigrante, al llegar no conocía muchas "palabrotas" - que es en general lo primero que uno intenta aprender cuando llega a otro país -. Me contrataron en un hotel en Peguera para hacer el bautizo de la hija del director del mismo. La fiesta se desarrollaba con total normalidad hasta que saqué de la maleta un pequeño títere, un payasito. El hermano de la homenajeada era un niño un poco "pesadito" (claro, era normal, él no era el centro de atención de la fiesta y estaba celoso) y molestaba todo el tiempo la obra de títeres que yo estaba haciendo. Cansada de ello, aproveché al títere para decirle que no se portara como un "Gili..." a lo que el úblico enmudeció, complaciéndose de una inmigrante - ignorante de las palabrotas españolas. Luego de unos segundos al ver la reacción de todos intenté enmedar el error pero todos reían sin parar por lo acontecido."
Alejandra Siegrist
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